LA FÓRMULA FISCAL IDEAL PARA MÉXICO (SEGÚN LA OCDE)
Por si fuera poco con la cantidad de propuestas y contrapropuestas realizadas por los diversos sectores de la sociedad mexicana en el marco del Pacto por México, ya hemos comenzado a recibir recetas externas para “mejorar la calidad” de nuestro sistema fiscal. En este sentido, según indicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el sistema fiscal actual debería ser más eficiente y para ello propone:
- 1. Aumentar la base de contribuyentes y,
- 2. Eliminar ventajas o privilegios fiscales.
Así comienza un recetario que indica “aumenten la base de contribuyentes”. A resumidas cuentas esto quiere decir que más personas paguen más impuestos. La parte de “ventajas y privilegios” a primera vista parece más razonable, pero hay que considerar que algunos contribuyentes que no pagan impuestos por ciertos ingresos no es porque usen “artilugios para eludir” sus obligaciones tributarias sino porque no les corresponde hacer algún pago por el monto de sus ingresos mínimos o exentos o por la estructura jurídica que utilizan para realizar sus actividades.
La OCDE considera que con ello se podrían ver afectados los sectores de más escasos recursos en la población, pero consideró que, a cambio, la Federación tendría mayor disponibilidad de recursos para canalizarlos a programas focalizados en el apoyo a la pobreza.
¿Cuál es la receta que proponen?
Veamos qué nos propone la OCDE ¿”para mejorar el sistema fiscal mexicano”? Me parece que en este punto es muy conveniente aclarar que, en mi opinión, mejorar un sistema fiscal no debe significar una recaudación mayor a costa de que haya más personas en condiciones de extrema pobreza. No obstante, el documento indica que México es vulnerable al deterioro del ambiente externo y de su principal socio comercial, Estados Unidos. Esta parte es muy cierta, dado que aún somos dependientes de las variaciones económicas de nuestro vecino del norte. Lo que indican es que como consecuencia de lo anterior, debemos aplicar la regla de equilibrio presupuestario ajustada por el ciclo económico, como la que utilizan Chile y Colombia.
¿Qué significado tiene esta regla que se sugiere aplicar en México?
El precepto de un equilibrio presupuestario queda muy claro en la siguiente afirmación realizada por Lowe a fines del siglo XIX (citada por Hicks, 1953): “Yo definiría al ministro de Hacienda como un animal que debe generar un superávit, aún en circunstancias extraordinarias; de lo contrario fracasa en el objeto mismo de su ser”. Pigou (1929) es más tajante: “No puede haber ninguna duda que en un Estado bien ordenado todo el gasto será provisto por impuestos, y no por deuda. Su uso llevaría a una deuda pública y a intereses crecientes. La credibilidad nacional tendría un severo daño. Esta tesis es universalmente aceptada”.
Por otro lado, ajustar dicho equilibrio presupuestario a los ciclos económicos implica que se privilegien objetivos de regulación del nivel de actividad por sobre metas anuales de déficit, supone alcanzar una consistencia temporal mediante acuerdos explícitos de control de la deuda pública a lo largo del ciclo económico.
Una política de este tipo, seguramente óptima para un manejo eficiente de las finanzas públicas, parte sin embargo de supuestos vulnerables y/o controvertidos, como la necesidad de una cierta simetría entre los ciclos político y económico y la inexistencia de efectos persistentes en el tiempo de éstos.
En resumen, lo anterior quiere decir que la OCDE propone que los ingresos del Estado mexicano deben provenir totalmente de los impuestos y no de contratación de deuda.
La pregunta es: ¿Cómo se obtendrían más ingresos fiscales?
Intentando visualizar qué impuestos debemos aplicar, la OCDE indica que tendríamos que realizar la eliminación de la tasa cero del impuesto al valor agregado (IVA) en alimentos y medicinas.
Así indicó que, la recaudación del país por la vía del IVA es uno de los puntos débiles del sistema fiscal mexicano. Por esta razón debemos contemplar la eliminación de tasa cero en alimentos y medicinas.
Asimismo, en el caso del impuesto sobre la renta (ISR) se debería contemplar la supresión de algunos estímulos fiscales que sólo benefician a estratos sociales de la población más alta.
La OCDE reconoció en el documento que “como reflejo de la gravedad de la recesión 2008-2009, los activos financieros del gobierno se redujeron de 10% del Producto Interno Bruto (PIB) a menos de 6% del Producto y es necesario restablecerlos”.
Asimismo, la OCDE visualizó el informe local de la deuda pública, que aunque no tenga alto porcentaje sobre el PIB, si se la compara con los ingresos fiscales, México está cerca de la media de la Organización, que se encuentra cercana al 200%.
Por otra parte, la OCDE también indica que las reformas estructurales en los sectores laboral, educativo y telecomunicaciones tendrán alto impacto en el crecimiento de la economía de México, pero después del 2014. Por ahora, mantienen su pronóstico de un dinamismo cercano a 3.7% para el año próximo y de 3.4% para el año que corre. Ambos pronósticos están en línea con la previsión del Fondo Monetario Internacional para el 2013 y ligeramente arriba, en dos décimas, de la expectativa para el año entrante.
Entonces es evidente que la clave es: que se más paguen impuestos aunque se vean perjudicados en su bolsillo los más pobres… ¡Resulta inconcebible que sigan dando este tipo de recetas a los países emergentes! ¿Acaso no fue eso mismo lo que hicieron en Europa? ¿No fue esa la causa del destrozo de la economía europea? La recomendación de la OCDE es que México tiene que ser como Chile o Colombia, países que están bien macroeconómicamente pero las familias sufren por no tener dinero para ahorrar o enviar a sus hijos a la escuela.
Es claro que los ciudadanos mexicanos debemos estar muy al pendiente de las propuestas tributarias de nuestros gobiernos (tanto federales como locales) con el fin de que la tan llevada y traída reforma fiscal no implique necesariamente el incremento desmedido de impuestos.