Toda planeación fiscal debe comprender desde su proyecto inicial, a los tres sujetos más importantes:
a) Empresa;
b) Empresario; y
c) Factor Humano (Trabajador).
Resulta indispensable analizar cada uno de dichos sujetos, es por ello que a continuación comentaremos cada uno de ellos.
a) Empresa.
Es el ente principal, ya que es por él y para él que se busca una excelente planeación fiscal.
Este sujeto en la planeación es de suma importancia derivado de que, es la misma empresa o negociación la cual se verá afectada o impactada por las decisiones relativas a la correcta y oportuna aplicación de la planeación fiscal empresarial.
Es menester llevar a cabo un estudio pormenorizado de las alternativas u opciones de las diferentes figuras jurídico-fiscales aplicables a la empresa o negociación, diseñando en forma oportuna y preventiva las mismas y no de forma correctiva, es decir, lo que conocemos en la práctica fiscal como “El traje a la medida”, para cada empresa o negociación. Lo ideal es tener ese traje al inicio de operaciones y no sobre la marcha, ya que este podrá irse adaptando a las necesidades que presente la empresa y no partir de un pasado que se deba corregir y entonces, tratar de diseñar para cubrir o enmendar esos errores con que nació la empresa; sin embargo, la planeación fiscal es tan dinámica y noble que logra beneficios enormes aún en empresas con situaciones caóticas.
Todo lo anterior es posible a través de un programa de productividad o excelencia fiscal y de la adecuada administración financiera de las contribuciones, en beneficio de la propia agrupación.
b) Empresario.
De la mano con lo anterior, y una vez que hemos optimizado los recursos en la empresa, es importante realizar una integración del segundo elemento, el cual es el Empresario, este sujeto cuenta con tres núcleos o círculos de personas que se relacionan con su patrimonio.
El empresario pasa por la implantación y adaptación de ciertos instrumentos y órganos de gobierno de la familia empresaria y de la empresa familiar. Por lo anterior es de suma necesidad contar con instrumentos adecuados, los cuales permitirán una transición generacional sana previendo los posibles conflictos en pos de la búsqueda insaciable del poder una vez acaecido el líder fundador del emporio familiar.
En el momento de considerar el núcleo familiar sus componentes pueden ser miembros de una familia, y a su vez trabajar o no en la empresa, lo cual da pie a que se encuentren diversos intereses en dicho ente que pueden converger en un mismo sentido o no, caso en concreto se presenta al revisar la estructura accionaria de un grupo de empresas que conforman una organización.
Cuando no están debidamente definidos de manera objetiva los límites entre familia y empresa, se corre el riesgo de tomar decisiones empresariales con el corazón y no con la cabeza, radicando en esto la principal dificultad de satisfacer las demandas de la familia y de la empresa.
En el caso de que el núcleo familiar quede conformado con parientes por afinidad, pueden existir intereses pertenecientes a dos o más grupos familiares, al evolucionar de esta manera las empresas familiares se pone de manifiesto lo complejo que es la cuestión de tener que adoptar nuevos modelos de trabajo o políticas que influirán en el desarrollo de la organización, lo anterior debido a los intereses que cada una de las familias tiene en el negocio, ya que dichos intereses pueden converger en el mismo sentido o en sentido contrario.
El cambio generacional o sucesión en la familia origina sus propios conflictos tales como los que se enumeran a continuación:
- 1. La posible resistencia del fundador a retirarse;
- 2. La ausencia de un plan de jubilación para el fundador;
- 3. La formación del sucesor;
- 4. La lucha de poder entre los sucesores;
Por todo lo anterior, y los demás conflictos que pueden presentarse, la necesidad de planear el patrimonio empresarial es sin duda alguna indispensable, si es que dicha empresa familiar desea sobrevivir y pasar con éxito a la siguiente generación.
Para ello es necesaria la creación del protocolo de familia que viene a ser aquel con el cual se dan los lineamientos para planificar la sucesión siendo dos sus funciones básicas consistentes en:
- Anticiparse a los problemas teniendo una resolución cuando estos surjan;
- Establecer los caminos a seguir respecto de aquellos que no se previeron.
Por lo anteriormente expuesto podemos distinguir la necesidad de contar con figuras o instrumentos dentro de la planeación fiscal empresarial, acorde a situaciones especiales para el patrimonio de cada tipo de empresario, de acuerdo a sus tres núcleos de influencia (familia, propiedad y empresa).
Es de suma importancia establecer mecanismos patrimoniales para el empresario, con la finalidad de protegerle e incrementar su patrimonio, como podría ser la formación de un fondo para hacer frente a la vejez, los elementos necesarios para la creación, solidez y transmisión de su patrimonio. Aquí sugerimos realizar un diagnóstico o balance patrimonial, el cual incluye todos los bienes, derechos y las obligaciones del empresario, con la finalidad de establecer los mecanismos de protección patrimonial como podrían ser un testamento o un fideicomiso, claro está que para ello se deben evaluar las ventajas y desventajas de cada uno de estos instrumentos.
c) Factor Humano.
Derivado de la situación económica actual del país, es necesario buscar esquemas de remuneración que permitan a las empresas o negociaciones optimizar los recursos aplicados a su activo más importante, el factor humano (trabajadores) y que realmente incrementen la percepción neta del trabajador.
Una de las formas de poder optimizar la carga de contribuciones, hablando del Impuesto Sobre la Renta, pago de cuotas al Seguro Social, pago de aportaciones al INFONAVIT, pago del Impuesto Sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal; es mediante el análisis integral de esquemas apropiados para poder optimizar dichos desembolsos, desde la perspectiva del patrón, así como del trabajador.
Recomendamos efectuar un análisis de cada una de las prestaciones otorgadas por la negociación a los trabajadores, con la finalidad de determinar la forma de llevar a cabo la integración de las bases de tributación para efectos de los pagos correspondientes a:
- · Impuesto Sobre la Renta por sueldos y salarios y en general por la prestación de servicios personales subordinados.
- · Cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social, así como al Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores.
- · Impuesto Sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal.
Estudio integral de los contratos de trabajo, individuales y colectivos, vigencia de los mismos, así como los planes de prestaciones que existan en la negociación.
Una vez que se tenga el análisis de las prestaciones se determinará cuál será el tratamiento que deberá aplicar la negociación para obtener el mayor beneficio posible, sin perder de vista que el beneficio es recíproco.
Es indispensable elaborar un esquema de remuneraciones el cual debe servir de soporte documental en caso de presentarse una revisión por parte de las autoridades fiscales. Dicho esquema deberá contener la aplicación que deba darse a cada una de las prestaciones.
Debemos de considerar todos los beneficios relacionados con la planeación fiscal llevada a cabo en el área de las remuneraciones al personal, esto con el fin de hacer frente a las cargas tributarias establecidas por cada una de las disposiciones fiscales aplicables en cada tipo de esquemas de remuneraciones, con el propósito de contar con todos los elementos necesarios y suficientes para afrontar una situación de molestia por parte de las autoridades, ya que se optimizaran recursos dando lo justo a la autoridad recaudatoria pero beneficiando mayormente a la fuerza de trabajo.